El otro día hice un comentario en un conocido blog de economía. Afirmé textualmente lo siguiente:
El único sentido de la existencia de un mercado es ir porque puedes conseguir algo que no podrías obtener de otra manera, o ir, para colocar el excedente de aquello que no necesitas. Ambas tendencias se neutralizan dando lugar a un resultado próximo al equilibrio. El problema es cuando mentimos, exagerando nuestra demanda o bien ofreciendo mucho menos excedente. De ahí la falta de información, y la imposibilidad de establecer un valor real, que se acerque a un precio justo. Así que toca jugar. Esto último lo naturalizan algunos teóricos, justificando la desigualdad, y también es empleado por los detractores de la economía de mercado.
Ambos grupos se enzarzan entre ellos, alejándose del problema, que se pierde en la polvareda del enfrentamiento académico. Cuando las cosas son más fáciles. También en Economía.
En ese sentido quisiera presentar la idea algo más refinada. De mis palabras se deduce la existencia de una relación primitiva de mercado. Yo en ese sentido he elaborado un modelo teórico básico para entender de forma adecuada cuál es la propiedad de ese proto mercado, o como yo lo nombro: “Mercado Natural”, en adelante MN.
He tomado a dos sujetos A y B, y he descrito las interacciones posibles que hacen posible la transacción en el MN. Entendiendo que la Demanda y la Oferta en un sujeto se anulan, pues este sabe producir el bien o servicio para atender su propia demanda, recurriendo al MN solo en el supuesto que necesite algo que no se puede ofrecer a si mismo.
Ambos sujetos acuden por un impulso natural de satisfacer una necesidad que no podrían satisfacer por su propia cuenta. En ocasiones el éxito o no en la transacción es una cuestión de supervivencia.
En función de la relación de la oferta y la demanda, establezco en el MN tres posibles estados naturales. Equilibrio, escasez y excedente. Entendiendo que el estado natural en el MN es el equilibrio.
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