El ser humano debe atender una serie de necesidades, del éxito o el fracaso en la satisfacción de dichas necesidades depende su subsistencia y su bienestar.
Es importante señalar que la necesidad de un individuo no representa más que estar en deuda consigo mismo, con su cuerpo, se trata de un organismo que demanda una serie de bienes y servicios para mantenerse en estado óptimo.
Esta provisión de bienes y servicios de un individuo para consigo mismo para atender sus necesidades vitales se logra mediante el trabajo.
Dichos bienes y servicios los suele proveer el propio individuo, pero en ocasiones no queda más remedio que solicitar el concurso de otros individuos para proveerse de lo necesario.
Estamos pues en deuda con el trabajo de otros, y esos otros en deuda con nuestro trabajo. A esta relación biyectiva la denominaré deuda cruzada. Esta deuda cruzada neutraliza las necesidades de todos los agentes implicados en cada interacción o transacción, proporcionando satisfacción y bienestar.
Esto es lo que se muestra en este sencillo esquema y que he pasado a denominar los axiomas de la deuda:

El hecho es que todo sistema económico debe regular esta relación axiomática con la solvencia suficiente para lograr la plena satisfacción y bienestar de su sociedad o comunidad.