RELATO CORTO PERTENECIENTE A MI LIBRO LABERINTO DE SENTIDOS
El pasado mes nos hicimos eco de una noticia ciertamente esperanzadora. Al parecer recientes ensayos clínicos habían surtido efecto en pacientes con algún tipo de alteración conductual. Ahora la disensión, la inquietud intelectual y otros desequilibrios podrían ser tratados. El fármaco ha sido desarrollado conjuntamente por el instituto de sociabilidad asistida y la farmacéutica de estudios avanzados.
El fármaco recibe el nombre de NORMAROL. Tiene dos principios activos esenciales, la norma y el rol. La norma es un estabilizante y un sociolítico muy efectivos. Mientras que el rol actúa bajando los niveles de auto-estima, permitiendo una identificación plena del sujeto con la jerarquía de su entorno.
Existen dos versiones, el NORMAROL PLUS, y el NORMAROL FORTE, el primero se administra por vía oral, y el segundo es inyectable. Los efectos, no se hacen esperar, se produce una asunción inequívoca de las prerrogativas del entorno, se comulga con todo, quedando el nivel de criticocitos reducido al máximo.
Algunos efectos secundarios son el babeo involuntario, y una propensión al sisismo, o a decir a todo que sí. Los temas proyectados sobre la conducta psicológica del sujeto son atenuados, reduciéndose a una descripción de banalidades y estrictos convencionalismos. Todo ello produce una conversación exigua y superficial de lo más saludable.
Esto lo hace especialmente indicativo para el ámbito laboral y reuniones familiares. En caso de balbuceo inaudible acudir al especialista. Según un análisis del prestigioso estudio para la reconversión de la conducta, la docilidad en sangre, se ve aumentada en un ochenta por ciento. Garantizando una homogeneidad con el medio que estructura un grado de cohesión social superior a la media, como recomienda la OIC (Organización Internacional Coercitiva).
La ingesta masiva de NORMAROL puede provocar daños en el sistema de valoración del paciente, en forma de sonrisa perpetua y extensión crónica de amago de saludo. También afecta al sentido del gusto, traduciéndose en una forma de vestir estrictamente convencional, en comer lo habitual, en ver las programación según el prime time, etc.
Ni que decir tiene, que dados los resultados revolucionarios de este nuevo fármaco, se espera que la campaña por la sociabilidad asistida, generé un número tal de adhesiones, que evite cualquier tipo de controversia política o de otro tipo. De hecho, muchos gobiernos han determinado cofinanciar la producción del NORMAROL, en sus dos versiones, para administrarlo de forma gratuita en el sistema socio-sanitario. En definitiva, se abre una nueva era, en la que no habrá problemas lo suficientemente insolubles, como para que fluya el comportamiento cabal y previsible, inundando el mundo de sonrisas y parabienes.