FILOSOFÍA

Sobre la decisión informada, conducta, intencionalidad y conciencia 

Imagina que te encuentras ante un tabique con dos puertas y solo puedes elegir una. Cada puerta conduce a una estancia distinta, ofreciendo experiencias muy diferentes.

La pregunta fundamental es si tu decisión se basará en un criterio racional —es decir, si dispondrás de razones o argumentos que la justifiquen— o si actuarás sin más, guiado por la intuición o el azar. Todo depende del nivel de información que tengas sobre tu situación:

  • Imitación: otro agente te aporta información parcial (por ejemplo, un 50 %) sobre lo que hay tras cada puerta y te recomienda una de ellas. A través de esa transferencia de experiencia obtienes los argumentos necesarios, pero corres el riesgo de heredar los errores del consejero.
  • Ensayo y error: si no dispones de información, puedes elegir una puerta al azar, aceptar la experiencia resultante y aprender de ella. Cada intento enriquece tu mapa de posibles opciones.
  • Simulación deliberada: con un mínimo de datos (quizá procedentes de una estancia anterior), realizas un simulacro mental sopesando pros y contras con imaginación e intuición. Cuanta más información acumules, más precisas y útiles serán tus simulaciones.

En definitiva, más allá del nivel de información previa, para tomar una decisión informada podemos emplear al menos una de estas técnicas instrumentales:

  1. Decisión justificada por imitación (información precedente).
  2. Decisión justificada por aleatoriedad (ensayo y error).
  3. Decisión justificada por simulación deliberada (pros y contras).

En este sentido, definimos la conducta como la huella, el rastro o el registro de la sumatoria de decisiones tomadas y sus efectos: es el grado de información acumulada en relación con el desafío de las decisiones futuras dentro de un contexto determinado.

Cabe reseñar que la conducta es el registro de cada elección, con su balance de aciertos y errores, lo que permite obtener progresivamente mayor información relevante hasta dominar plenamente el contexto asignado.

La intención es la decisión informada, y la intencionalidad, la sucesión de decisiones informadas (la conducta) que aspira a perfeccionar las respuestas y afrontar los desafíos del contexto. Un alto grado de dominio contextual es lo que posibilitaría la emergencia de la conciencia.